Por: Jonathan Mendoza Fernández, Médico Veterinario y Product Manager en Veterquimica Chile
En diciembre del 2022, se detectó en Chile un nuevo brote de la influenza aviar (IA). El primer caso, se registró en pelícanos con signología neurológica los que, mediante PCR, resultaron positivos a IA con una cepa altamente patogénica. Desde entonces, la infección ha avanzado por 12 regiones del país generando graves complicaciones.
Una de ellas, fue el brote que se confirmó en una planta de producción avícola de la empresa Agrosuper en la ciudad de Rancagua, la empresa de producción animal más grande del país. Para contener la propagación de IA, se sacrificaron 40 mil aves, lo que fue confirmado por el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), organismo oficial chileno encargado de realizar programas de control y erradicación de enfermedades. Con este caso, Chile procedió a cerrar la exportación de carnes de aves.
Por otro lado, el Ministerio de Salud (Minsal) informó que, a fines de marzo, se registró el primer caso de gripe aviar en humanos. Se trató de un hombre de 53 años del norte del país que desarrolló una grave neumonía. Las autoridades aún investigan la fuente de contacto y si existen otros afectados.
Con el objetivo de dar a conocer las acciones que se han realizado en Chile frente a otros brotes de IA, este artículo entrega una breve revisión de los episodios registrados en los últimos 20 años y de las medidas que el SAG y los productores, adoptaron en cada uno de ellos.
Brote en 2002
Fue la primera vez que se registró IA altamente patógena en Chile y Sudamérica, generando una desaceleración en la producción y exportación de productos avícolas. Por lo que se activó un protocolo con estrategias técnicas y comerciales, con el fin de controlar la infección y recuperar los mercados en el menor tiempo posible.
El plan se basó en la aplicación de estrictas medidas sanitarias y epidemiológicas en el ámbito público y privado en dos focos de infección. En estos sectores afectados se decidió instaurar zonas de erradicación. En el foco 1, se contabilizaron 465.000 aves reproductoras y en el foco 2, 18.536 pavos en crianza. Su eliminación comenzó el primero de junio de 2002 y finalizó a mediados de ese mismo mes. El método de sacrificio fue mediante dióxido de carbono. Las aves se enterraron en zonas aledañas a los pabellones, cubriéndose con cal para luego taparlas con la tierra removida. Cuando concluyó la medida, se realizó un programa de limpieza, desinfección y sanitización de las áreas afectadas. Y luego, se implementó la cuarentena oficial de los planteles avícolas.
Por otro lado, se incorporaron acciones de vigilancia en los centros productivos cercanos a un radio de 10 km a la redonda del lugar afectado. En estas zonas de vigilancia, se implementaron acciones relacionadas al movimiento de aves, censos, fortalecimiento de bioseguridad y de atención de denuncias, además se realizó la vigilancia activa de planteles comerciales y traspatios.
En el resto del país y en lugares que no se vieron perjudicados por la contingencia sanitaria, se efectuó: un censo de la cantidad de aves por productor, vigilancia activa, se atendió el 100% de las denuncias de enfermedades y se colectaron 47.000 muestras para diagnóstico en 60 días, con el objetivo de evitar una propagación de la infección. También se preparó la zonificación del país.
De manera complementaria, se pudo instaurar un programa de vigilancia epidemiológica de las aves del territorio nacional en áreas con diferentes niveles de riesgo. Se realizó muestreo de aves ornamentales, aves silvestres, de traspatio, zoológicos y centros de rehabilitación. Además, en el laboratorio del SAG, establecieron técnicas de subtipificación de virus mediante pruebas de inhibición de hemaglutinación e inhibición de la neuraminidasa. El plan realizado, se consideró exitoso debido al corto plazo que tomó frenar la diseminación.
Brote en 2017
En diciembre de 2016, una empresa productora de pavos de la región de Valparaíso informa al SAG de un aumento leve en la mortalidad en dos de sus granjas. La presencia de la enfermedad se confirmó a finales de mes, con resultados de ELISA reaccionantes a IA. En esta ocasión, se trató de un virus determinado como de baja patogenicidad H7.
Las medidas que se adoptaron fueron el sacrificio del total de las aves en las granjas afectadas, con el objetivo de contener la circulación viral y eliminar el riesgo de dispersión. En una de ellas se eliminaron 350.000 pavos, en una tasa de 1 galpón de 8.000 pavos en 2 horas, usando un sistema de espuma de alta hermeticidad, mientras que en la otra se eliminaron 35.000 pavos de la misma forma alcanzando el 100% de las aves. Además, se sacrificaron alrededor de 350 aves de traspatio de vecinos. Todos los animales erradicados, fueron enterrados en sectores aledaños, y se instaló membrana geotextil con viricida en las zanjas de entierro.
También se definieron zonas de restricción de movimiento, aumentando la bioseguridad y biocontención de las granjas afectadas y de las que quedaron en la zona de vigilancia intensiva especial, donde se realizó un muestreo a todas las producciones aviares separadas por riesgo:
- Zona de riesgo alto: 3 km de radio, 90 muestras por pabellón de forma semanal
- Zona de riesgo medio: 10 km de radio, 60 muestras de forma quincenal
Asimismo, bajo supervisión del SAG, se efectuó un seguimiento de los parámetros bioproductivos de las granjas aviares, con toma de muestras de cada granja de pavos de exportación del país, donde se dio como resultado indicadores normales y no reaccionantes.
Hay que señalar que, en este caso, también se sospechó de contagio viral con aves silvestres migratorias. Por lo que el SAG estableció de forma preventiva una autosuspensión de certificación de exportación hacia todos los mercados. Luego y tras resultados favorables, se levantó la medida, designando sólo restricciones específicas para cada mercado. Se estableció así, una restricción por zonas correspondientes a granjas o plantas faenadoras de la empresa afectada, y la comuna o provincia a la que pertenecían.
Todas estas acciones, culminaron en marzo de 2017 y gracias a ellas, Chile se declaró libre de influenza aviar en sólo tres meses.
Brote en 2019
En 2019, se detectaron 4 brotes de influenza aviar de baja patogenicidad H7N6, en cuatro granjas de pavos de una misma empresa. Para el primer evento, se realizó sacrificio sanitario del total de las aves, para los restantes 3, se sacrificaron en una planta faenadora autorizada. Cada flujo de pavos fue eliminado antes de las 72 horas de detectada la enfermedad. Los cuatro sitios fueron limpiados, sanitizados y sometidos a prueba de circulación viral en ambiente mediante PCR, finalizando estos procesos el 17 de diciembre de ese mismo año.
Medidas de prevención actuales
Entre las medidas implementadas por el SAG, se exige que toda importación de aves de aves de un día y huevos fértiles deben tener el respaldo de un certificado zoosanitario, ingresar por un puesto fronterizo habilitado y cumplir con un periodo de cuarentena previo a internación.
Por otro lado, las medidas de bioseguridad se han ido reforzando gracias al esfuerzo de la empresa privada productora, y la asistencia de empresas proveedoras de insumos y servicios técnicos, con tal de reducir la probabilidad de introducción de contaminantes, virus y bacterias y evitar contacto con aves silvestres. Las principales medidas de bioseguridad son restricción de acceso a granjas, noches de vacío, desinfección de vehículos y materiales, filtros sanitarios para personas, cloración del agua, control de plagas, manejo de la cama y guano, introducción del sistema “all in – all out”, vigilancia activa y monitorización de la salud de las aves.
Conclusión
Como vemos, la industria avícola chilena no ha estado exenta de infecciones de influenza aviar. No obstante, la empresa privada y el organismo oficial, han logrado que el rubro no se haya visto completamente afectado en cada brote. Esto ha sido gracias a la implementación oportuna de medidas sanitarias, epidemiológicas y comerciales. De hecho, la bioseguridad y la biocontención, han sido sumamente relevantes para frenar el avance del virus, en todos los casos mencionados.