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Precisiones sobre la bioseguridad y el control del virus de la influenza aviar

Por: Elmer Dávila Gaona, Médico Veterinario y especialista en avicultura.

Contenido compartido por Solvet, distribuidor oficial de Veterquimica en Perú

En la actualidad, existe mucha preocupación en el sector por la aparición de brotes de influenza aviar en aves silvestres en la costa peruana y también en aves domésticas y comerciales con la amenaza que este hecho podría causar epizootia. Sumado a ello, inquieta la difusión de información acerca de que este virus pueda llegar a ser una zoonosis y afectar a la salud humana. Por lo mismo, el presente artículo busca entender cómo se debería manejar el impacto de este virus.

La influenza aviar (IA), es una enfermedad vírica que tiene como eje primario a numerosas especies avícolas, aunque también existen cepas que pueden afectar a mamíferos y a la especie humana. La IA, forma parte de las patologías de declaración obligatoria indicadas en el código internacional de sanidad animal de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), debido a que provoca epizootias con pérdidas considerables en la economía de los países. Ejemplo de ello, es que cuando la infección llega a un país, además de que tengan que enfrentar internamente un riguroso control sanitario, en el ámbito comercial internacional puede perder su estatus de exportador, pues los países libres de esta enfermedad cierran automáticamente sus puertas para resguardar su producción avícola.

Un punto relevante a considerar, es que no existe tratamiento contra esta infección, por ello, es muy importante que los países tomen medidas de bioseguridad ante la amenaza de esta enfermedad. Una vez que el virus ingresa a una zona geográfica queda circulando hasta delimitarse con la muerte de todos los animales.

En el 2020, se presenta una ola intercontinental de infección del subtipo H5 en más de 70 países de Euro-Asia, África y América. En diciembre del 2021, se reportó dicho subtipo en Canadá y en enero del mismo año en EE.UU. con rápida y amplia propagación en este territorio. En ese escenario, la FAO recomendó alerta máxima a los países de América Central y América del Sur, por la mortalidad inusual que se registró en aves silvestres debido al ya corroborado virus H5N1 confirmando que el modo de difusión y contagio de este virus, es a través de aves migratorias.

Cronología del último brote en Perú

El 14 de noviembre de 2022, el Servicio Nacional de Sanidad Animal (Senasa), organismo oficial de Perú, corroboró la presencia de este virus IAAP en pelícanos muertos en la playa Los Cangrejos de Paita (Piura). Entre el 21 y 29 de noviembre se reportó la muerte masiva de pelícanos en casi todo el litoral. El 22 de noviembre, se confirmó que el virus aislado en los pelícanos muertos correspondía al subtipo H5N1. El día 28 del mismo mes, se informa del contagio en aves de traspatio en un centro poblado denominado Gallito del distrito San José, provincia de Lambayeque y el 29, Senasa confirma IA en una granja de postura comercial, en la zona “El Paraíso” – Huacho. A la fecha, la entidad oficial ha reportado un total de 46 casos de IA en aves domésticas en diferentes regiones de nuestro país (Lambayeque, Cajamarca, La Libertad, Ancash, Lima e Ica) y puede que hayan existido otros casos no confirmados. Un detalle en esta cronología, es que luego de que se presentara mortalidad en los pelícanos, se han observado casos en otras especies marinas como piqueros, cormoranes (guanay) y lobos marinos, existiendo además la muerte de un león por el virus de IA en el Zoológico Municipal de Huancayo. La afectación en mamíferos es preocupante, porque constituye una amenaza para la salud humana. En tal sentido, las alarmas se han encendido, ya que se han registrado otros casos de este tipo en el mundo (afectando a osos, nutrias, leones marinos), siendo el más relevante el brote presentado en una granja de visones en España.

Además de su llegada a Perú, la presencia del virus se ha confirmado en otros países de la región, como en Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile, Bolivia, Argentina y Uruguay.

Etiología

Respecto al virus, debemos tener en cuenta que: i) es un virus ARN segmentado, lo cual es una característica de todos los virus de la familia Orthomyxoviridae; ii) contiene una envoltura lipídica, lo que significa que puede ser afectado por la mayoría de los desinfectantes utilizados en las medidas de bioseguridad; iii) en su superficie tiene 2 espículas de naturaleza glicoproteica que son la HA (hemaglutinina) y la NA (neuraminidasa). Estas dos proyecciones le permiten entrar y salir de las células infectadas.

En relación a los tipos de virus de influenza, el tipo A es el más frecuente, está presente en las aves y es responsable de la IA. Su característica principal, es su gran facilidad para mutar, provocando la aparición de nuevos subtipos que rebasan la barrera de infección entre especies.

Dentro de los subtipos existen 16 proteínas distintas de hemaglutinina que se representan con la letra H y nueve proteínas distintas de neuraminidasas representadas con la letra N. Al combinar las variaciones existentes se originan más de 100 subtipos antigénicos. Por ejemplo: H1N5, H7N2, H2N2, H5N1, etc. Todas estas combinaciones están presentes en las aves, sobre todo, en las especies acuáticas silvestres.

Propiedades biológicas

Los subtipos H5 y H7 se han asociado con enfermedades graves en pollos, pavos y patos, no obstante, no se ha demostrado que la sola configuración antigénica determine la patogenicidad del virus. Lo que ello determina, es la interacción del virus con el huésped. En Perú el virus H5N1, inicialmente comenzó siendo altamente patógeno para los pelícanos principalmente, pero luego alcanzó virulencia también en otras especies marinas. Ello indica que, en el huésped, debe haber un factor de tropismo en sus tejidos, que permita el ingreso del virus y lo convierta en altamente virulento. Cuando una HA penetra fácilmente en una variedad de células y tejidos, será un virus IAAP. Lo que facilita la entrada de las HA, son las proteasas existentes que no siempre son iguales en todas las células y tejidos.

La capacidad de mutar es una característica del virus, ello ocurre en las proteínas de su superficie. El subtipo H5N1 se conoce desde 1997, sin embargo, este subtipo en la actualidad es diferente de aquel aislado de aves silvestres que inicialmente fue de baja patogenicidad. Cuando pasó a aves domésticas, sufrió mutaciones que hicieron que fuese altamente patógeno. Hoy es altamente patógeno no solo para las aves silvestres, sino también para otras aves, mamíferos y tal vez, el hombre.

Epizootiología: transmisión y portadores

Dependiendo de las condiciones de temperatura y humedad, el virus es capaz de sobrevivir por largo tiempo en el medio ambiente (agua y materia orgánica) e indefinidamente, en materiales congelados. Las aves silvestres, sobre todo, las acuáticas, son consideradas fuentes de contaminación y difusión. Las aves infectadas, excretan el virus en secreciones del tracto respiratorio y las heces, las que contaminan luego la cama, equipos, productos avícolas, vehículos que transportan productos, insectos, roedores y a el hombre (puede transportar el virus de forma mecánica en su vestido, zapatos, manos, cabello, etc.). También se puede difundir a través de aves silvestres, exóticas o de riña. Es muy importante entender que cuando una de estas aves se infecta, no siempre desarrollan la enfermedad. A ello se llama infección asintomática, y por eso estas aves, pueden ser portadoras del virus y contagiar a otras aves que sí desarrollan la enfermedad con cuadros de sintomatología. El periodo de incubación es variable, depende del nivel de desafío, de la vía de contaminación, de la especie infectada y la oportunidad del diagnóstico. Este periodo puede ser de pocas horas o hasta de tres días en aves que se contaminan con virus IAAP y hasta 14 días en parvadas contaminadas con virus de baja patogenicidad.

Prevención y control

·         La Bioseguridad

·         La vacunación

·         El reforzamiento del sistema inmune

·         La buena salud de las aves

Es muy relevante la función del Senasa en el control de la enfermedad ya que esta entidad   gubernamental es la que lidera la vigilancia epidemiológica de las patologías de declaración obligatoria que afectan a los animales. Senasa, en coordinación con otros organismos oficiales, gremios e instituciones, se encarga de desarrollar el plan de contingencia y disponer las medidas sanitarias ante la amenaza del virus H5N1. A criterio de la entidad, se pueden establecer las siguientes disposiciones: cerco epidemiológico, inmovilización de aves, medidas de cuarentena, sacrificio sanitario, uso de infografías y medios de comunicación para concientizar a la población. Lo importante en el caso de las granjas, es fortalecer las medidas de bioseguridad y colaborar con las entidades oficiales para una buena difusión informativa acerca de la prevención contra este virus.

La principal medida de prevención disponible actualmente es la bioseguridad. Es decir, aplicar todas aquellas medidas destinadas a evitar que el virus ingrese a las unidades de crianza; principalmente, se debe proteger a las aves de todo contacto con aves silvestres, sobre todo de las acuáticas y migratorias.

Como el virus está clasificado en la lista A de enfermedades de declaración obligatoria, es   responsabilidad del productor notificar a Senasa, en caso de que sospeche de esta enfermedad en su granja o en granjas aledañas. El fin de la autoridad sanitaria, será el de evitar que la difusión del virus se propague más allá del sitio de infección, para ello se aplicarán tres herramientas: bioseguridad, aislamiento y cuarentena. Los productores deben preparar debidamente al personal que labora en la granja para enfrentar una emergencia, y especialmente, para evitar que esto ocurra. Asimismo, se debe poner especial énfasis a la limpieza y desinfección, pues estos son los pilares de un eficaz sistema de bioseguridad.

Vacunación

Según la OIE, el uso de las vacunas tendría ventajas y desventajas. Un argumento en contra, es que no ayudaría al cumplimiento eficaz de las medidas de bioseguridad, ya que, si se ha vacunado, el criador podría asumir que esto constituye un seguro para que sus aves no se enfermen. Por otro lado, se afirma que la vacunación previene la aparición de signos, pero no evita la infección, ni elimina el virus del medio ambiente. También se indica que la presencia de animales vacunados en presencia del virus, podrían facilitar la aparición de nuevas variantes por presión de selección y que puede favorecer la aparición de portadores asintomáticos, aumentando los riesgos de diseminación viral.

Entre los argumentos a favor, encontramos que la vacunación favorece a la industria evitando brotes que afecten a la mortalidad y rendimientos productivos, y que podría minimizar la posibilidad de que haya transmisión al ser humano.

Las fallas vacunales se pueden verificar con la adopción de animales centinelas no vacunados alertando, de este modo, posibles transmisiones de casos subclínicos. Lo cierto, es que la vacunación es un paso necesario cuando la difusión viral ha desbordado el control de las medidas adoptadas, como parece ser la realidad actual en nuestro medio. Noticias recientes indican que el Senasa, ya tendría aprobadas al menos dos vacunas inactivadas para ser usadas, principalmente, en aves de vida larga (ponedoras y reproductoras). Aún no se tienen detalles técnicos de ambos biológicos; entretanto, hay un compás de espera preocupante en nuestra comunidad avícola para su pronto registro y autorización de uso.

Conclusión

Mientras no se autorice el empleo de vacunas, las medidas de bioseguridad deben ser el foco principal para el control de la IA, a efecto de evitar exponer a las aves a retos de carga viral. Junto con ello, el sistema de vigilancia debe funcionar correctamente: detectar, reportar y actuar. La decisión de utilizar o no la vacunación se debe basar en el análisis mencionado en el presente artículo. La medida de la erradicación de la IA, es otra alternativa, pero depende de todos nosotros, especialmente, de los que estamos involucrados en la cadena productiva de las aves.

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